Cuando escuchamos el término PTSD (trastorno de estrés postraumático), muchos se imaginan a veteranos o sobrevivientes de violencia extrema. Si bien eso es parte de la historia, el trastorno de estrés postraumático afecta a muchas más personas de las que la mayoría cree. Es una afección que tiene sus raíces en el trauma, y el trauma tiene muchas caras. Los accidentes automovilísticos, los desastres naturales, el abuso, las emergencias médicas, las pérdidas o el estrés crónico pueden dejar cicatrices invisibles.
Cómo se ve realmente el PTSD
El trastorno de estrés postraumático no es solo «desencadenarse» o tener recuerdos retrospectivos. Se puede sentir como:
- Hipervigilancia: escanear constantemente la habitación en busca de peligro.
- Entumecimiento emocional o alejamiento de sus seres queridos.
- Pesadillas que roban el sueño y la paz.
- Sentirse inseguro en entornos seguros.
- Evitar lugares, personas o conversaciones relacionadas con el trauma.
Puede aparecer silenciosamente. Puede que ni siquiera te des cuenta de que es trastorno de estrés postraumático hasta años después. No siempre parece una crisis; con frecuencia, parece un agotamiento muy funcional.
Por qué es importante la conciencia sobre la salud mental
La conciencia rompe el silencio. Reduce el estigma. Y lo que es más importante, alienta a las personas a buscar ayuda.
La concienciación sobre la salud mental no consiste solo en llevar un lazo o compartir una publicación (aunque son útiles). Se trata de fomentar entornos en los que las personas se sientan seguras al decir:
- «No estoy bien».
- «Necesito ayuda».
- «No sé cómo superar esto».
No podemos curar lo que pretendemos que no existe. El trastorno de estrés postraumático, como cualquier problema de salud, merece comprensión y cuidado, no juicio ni vergüenza.
El viaje de sanación
Es posible recuperarse del trastorno de estrés postraumático. Tiene un aspecto diferente para cada persona, pero con frecuencia incluye:
- Terapia (como la EMDR, la terapia cognitivo-conductual centrada en el trauma o la terapia somática).
- Comunidad—conectarse con otras personas que entienden el trauma.
- Prácticas de autocuidado que promueven la regulación del sistema nervioso: hacer ejercicio, descansar, hacer ejercicios de respiración, llevar un diario.
- Medicamento, para algunos, como parte de un plan holístico.
La curación no es lineal. Algunos días parecen avances; otros, reveses. Sin embargo, cada pequeño paso cuenta. Cada momento de coraje importa.
Qué puede hacer
Incluso si no tienes trastorno de estrés postraumático, puedes ser un poderoso aliado:
- Escucha sin intentar arreglarlo.
- Sea paciente con los plazos de curación de los demás.
- Infórmese sobre el trauma y su impacto.
- Hable cuando escuche que se estigmatiza la salud mental.
Si tiene PTSD, no está roto. Está respondiendo a algo que rompió su sentido de seguridad. La curación es posible, incluso si lo has dudado antes.
La salud mental es salud. Sigamos diciéndolo, mostrándolo y viviéndolo, hasta que la conciencia lleve a la acción y la acción lleve a la curación.